Bievenid@s

Este espacio nace sin pretensiones de convertirse en un referente de lectura obligada o en el blog más visitado de la web. Solo existe como un medio de plasmar en algún sitio algunas ideas y opiniones que me pasan por la mente.





miércoles, 11 de noviembre de 2009

El Origen de la Estupidez Humana

Una mañana cualquiera del mes de junio del año 2057 un eminente grupo de hombres y mujeres de ciencia de la República Dominicana estudian en un laboratorio la posibilidad de erradicar para siempre la estupidez humana.

Resulta que meses atrás fue descubierta en la fruta del manzano un azúcar de nueve fosfatos llamado estupidosa debido a ciertos efectos que produce en el cerebro humano. Al ser consumida la fruta, la estupidosa llega al cerebro a través del torrente sanguíneo y en vez de convertirse en energía (ATP), encuentra las condiciones necesarias para erigirse en una diminuta célula epitelial que atraviesa un proceso evolutivo hasta convertirse en una glándula excretora, encargada de segregar una enzima llamada estupidasa, que tiene la función de catalizar una parte de las ideas que recibimos y almacenamos y convertirlas en estupideces.

De acuerdo con los informes preliminares de la investigación, el nivel de estupidez de una persona depende de la cantidad de estupidasa que se segregue en su cerebro. Según esto, todos poseemos dicha glándula, incluso los más grandes genios de la historia, cuyos cerebros recibían una dosis controlada de la enzima, que es precisamente el proceso que los investigadores pretenden descifrar.

Paradójicamente, la ciencia le ha dado a la religión un argumento más para sustentar la Teoría Creacionista. Según los creyentes, el proceso de generación de la glándula que excreta la estupidasa fue lo que ocurrió en los cerebros de Adán y Eva al momento de consumir el fruto prohibido, lo que, en contradicción a los postulados de Gregorio Mendel, fue heredado por las generaciones subsiguientes que poblaron el mundo.

Independientemente de cual sea la causa, científica o providencial, el caso es que la idea de erradicar la estupidez resulta ser estúpida, ya que la historia ha demostrado que la misma es una condición inherente de la naturaleza humana.

En un rincón del laboratorio se aprecia una inscripción en metal que data del siglo XX: “Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y no estoy muy seguro de la primera.” Albert Einstein.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Según la noche...

Según la noche, las manos de la luna son frías, porque al sol ha decidido tener un romance con una estrella cercana...

Según la noche, las estrella están más cerca de lo que imaginamos, a veces su brillo es tan intenso que no las vemos a pesar de tenerlas frente a nosotros...

Según la noche y el silencio que le acompaña hay más llanto que sonrisas en el mundo, a pesar de lo poderosa que son las últimas...

Según la noche, hay un pedazo de todo en la nada y una voz interna que cubre los espacios vacíos.