Era la media noche mientras el sol salía,
llovía y llovía y nada se mojaba,
bajo la inmensa luz de una lámpara apagada.
Allí se veía a un ciego leyendo un periódico sin tinta y sin papel,
un sordo que le escuchaba
y un mudo que le decía: “qué noticia tan interesante”.
En el castillo de Drácula me encontraba con dos más
y apareció un muerto sin carne, sin sangre y sin huesos,
y mientras mis amigos se trepaban a un árbol de lechuga,
tome un cuchillo sin mango, sin punta y sin filo y le di tres tiros.
El muerto, después de muerto y casi agonizando me dijo: “Cobarde, me has traicionado”
Anónimo
miércoles, 5 de mayo de 2010
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VALLA NO SABIA Q ESCRIBÍAS QUE BIEN!! TIENES MUCHAS CUALIDADES BUENAS GERALDO!
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